miércoles, 11 de enero de 2012

AQUEL INSTANTE


(El que fue sólo nuestro y aquí sigue, a Imma)

Instantánea de instante,
colgada en imperdible,
que bambolea el viento y la memoria.

Tú y yo en el blanco y negro retratados,
entre los amarillos guardaespaldas
del tiempo, tiempo, tiempo.

Nítido aquel instante que fue nítido
en  reverberación de la piel nuestra,
de agua y de sal, de tiempo, sol y espacio.

Solos de plenitud, pausa redonda.
En la almendra del mundo, tú y yo solos,
transubstanciando todas las ofrendas.

Hieráticos los dos en lo sagrado,
desnudos del rumor de las ausencias,
plenos en el instante eternizado.

Solos sobre la arena.
Nuestros cuerpos enteros, y nosotros,
para nosotros sólos.

Rebosan los manjares de las fuentes.
En las copas finísimas
burbujean los vinos generosos.
La arritmia por los pulsos del deseo
acelera los tiempos.
¿Por dónde empezaremos los placeres?

Es la primera vez. Sobre la arena
cristaliza el entorno su silencio
y hasta el último pájaro en su cénit
paraliza las alas.

Vuelve a crearse el mundo.
Y en los amaneceres luminosos
se entierran las semillas
de todas las especies.

Quedó impreso el instante en la instantánea
que bambolea el viento y la memoria.

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