miércoles, 29 de mayo de 2019
jueves, 23 de mayo de 2019
De nombre 'Melancolía'
Una vez yo
conocí
mediando la
poesía,
a una mujer que
decía
que soñaba en
ser poeta.
Entonces no le
mentí:
le dije que en
su cabeza
tenía el ritmo
metido
que su hondo
sentimiento
de alegría o de
lamento
como poeta
excelente
expresaba con
sentido
y que llegaba a
la gente.
Hoy digo como
decía:
cuando quieres
y te pones,
todo aquello
que compones
y que te llega
de adentro,
de la buena
poesía
lleva el sello.
Así lo siento.
¿Cómo me voy a
olvidar
de quien
encontré un buen día
de nombre
‘melancolía’
y que escribía
tan bien?
Es mi amiga de
verdad.
¡Siempre la
recordaré!
Félix
Imagen:https://www.google.com
viernes, 17 de mayo de 2019
¿Todavía me recuerdas?
¿Todavía me recuerdas?
Mira que yo soy aquella
Que soñaba ser poeta,
Que escribía en su libreta
Las penas y sus tristezas.
Ya no te acuerdas de mi?
Me enseñaste algunas letras.
Que si la rima, o soneto
Que el arte mayor, la libre
que olvidado por completo
de mi mente había yo.
Maei
Imagen:https://www.google.com
lunes, 6 de mayo de 2019
Tristeza, no toques mi alma
Tristeza,
no toques mi alma
en la
oscuridad desesperada,
no me
dañes más,
no
rompas el silencio de mis penas.
Si
llora el corazón
es que
está enfermo de dolor;
y en su
dolor no sabe
si
hasta el cielo empinarse
o
correr en zig-zag
entre
rubios trigales.
Pobre
de mí, no puedo
recrear
una estrella que ilumine
el
dolor de perderte
y me
haga olvidar
que no
estaremos juntos.
No
puedo llegar a ti y me desespero,
te
busco en cada flor,
en los
luceros,
y en
cada amanecer...
Egoísta,
te fuiste,
y me
dejaste sola,
llevándote
mi vida,
llevándote
mi alma para siempre.
Se
vaciaron mis manos
mientras
nacieron mariposas
de la
tumba, que con lágrimas
regué
al sepultarte;
y al
vuelo de la última
la pena
me inundó.
De mi
alma triste y melancólica
brotó
la la sangre roja,
al
apretar tan fuerte
la rosa
del amor
que en
mis manos tenía.
En el
invierno crudo
la
nieve nos regaló su manto blanco
en tu
último adiós.
Y yo te
suplicaba tantas veces
gritánndote
y puesta de rodillas
que no
me abandonaras,
que mis
manos alzaba suplicando,
mas tú
no me escuchaste.
Me
dolía dejarte partir,
mi
llanto no cesaba;
supe
entonces que la cruz
de no
sentir tus besos
ni tu
mirada tierna
la
llevaría siempre, acompañada
de la
tristeza amiga.
Maggie
Imagean;https://www.blogger.com
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