viernes, 30 de agosto de 2013

Remedando a Don Camilo

A mi admirado amigo William, a propósito de haber traído en una de sus crónicas, unos versos del ilustre nobel, Don Camilo José Cela, en los que manifiesta que sólo dos cosas de su anatomía donaría a la ciencia, por ser las más provechosas.

Dos cosas no más daré
de este mi cuerpo serrano,
lo demás es puro guano,
que se queme mandaré.
Como Camilo José,
exceptúo yo dos cosas
por ser las más valiosas:
él se guardó culo y boca
y sus razonas invoca,
yo las doy por provechosas.


Estoy dispuesto a donar
de mi vieja anatomía
para que disfrute un día
quien la vaya a disfrutar
pudiendo de nuevo andar,
mi prótesis de cadera
de titanio o de madera
que, aunque no es de mi cosecha,
por si a alguno le aprovecha,
no se os ocurra quemar.

Que obraría con cordura
pensé durante un buen rato
y que sería sensato
entregar mi dentadura
para que una criatura
que tenga los dientes mal
con mi prótesis dental
luzca de nuevo sonrisa
pueda besar a Marisa
y no se sienta fatal.

En resumen, yo te digo
a ti, William admirado,
que escogí con gran cuidado
y te pongo por testigo
que en este día me obligo
a permitir que en mi cuerpo
una vez que me haya muerto
el valiente cirujano
rebusque con diestra mano
y repare algún entuerto.

Félix


……..