MIENTRAS TANTO… ( a Micky)
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¡Silencio!
En este ocaso ámbar
y en el límite mismo del
hemisferio oscuro,
el perfil recortado, ha vuelto
el corcel negro,
mas ahora el relincho nos
consuela amistoso:
“ella se encuentra bien”.
¡Silencio!
Los caballos de aquí y al mismo
tiempo todos
se acolcharon los cascos
amortiguando el eco
de su galope triste.
¡Silencio!
Hasta los rifles tercos
envolvieron los truenos en los
silenciadores
ese día de octubre.
¡Silencio aún!
El laurel coronado de todos los
poetas
guardó también silencio
al menos un minuto.
Ya pasó.
Caronte ya no está
ni la Estigia tampoco.
Te he visto cabalgar, al viento
la melena,
como hacías aquí tu inquieto
corcel negro,
la sonrisa en los labios y en
los ojos la luz,
por aquel hemisferio.
Por todo ello ahora:
¡Desnudaos los cascos y corred
al galope!
¡Fuera silenciadores y saludad
con salvas!
¡Desanudad poetas la voz de las
gargantas!
¡Ella se encuentra bien!
Mientras tanto…
La trompeta de Armstrong y el
cello de Casals
convocaré in memoriam.
Que mi oración humilde se vea
acompañada
de un armonioso coro de
espirituales negros
que hasta ti suba, Micky.
Félix
Félix
