Alondra (Lidia)
Alondra, eres
una madura joven preciosa. Y me refiero, sobre todo a la madurez espiritual que
refleja tu sensatez, tu fidelidad, tu generosidad y desprendimiento, tu
dedicación a los demás y amor en el trabajo, tu humildad y sentido espiritual
de la existencia, tu valoración de los bienes materiales que colocaste en los
últimos lugares, (quizá sea preciso comprar ya otros zapatos, recuerda, jajaja)
de modo que necesitando poco eres inmensamente rica.
Enamorada de
Don Alonso Quijano, (gracias al abuelo) sueñas con alma quijotesca en “desfacer
entuertos imposibles”, sembrando sueños e historias justicieras y románticas,
pero con los pies en tierra, un punto “sancha”. Una vez te prometí uno y no me
he olvidado. Intentaré aumentar tu colección.
Cantas bien,
Alondra. No te lo digo por evitar que te suicides, no. Lo digo de verdad, Me gusta tu canto, a veces dolorido, a veces
alegre, siempre entonadísimo y delicado, armonioso y placentero tanto o mas que
a la oreja, al oído interior.
Y eres una
“regia” que me gusta. Dime que todos los “regios” son como tú y me voy a vivir
allí si pensármelo dos veces.
De ti no
esperaba menos, me siento orgulloso de poder decir: “es amiga mía, ahí la
tenéis; descubridla y os enamorará”. Me despido con un abrazo inmenso y
diciéndote otra vez:
Esas
“alitas”
debes
cuidar con mimo,
vuelas
bonito.
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