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sábado, 29 de febrero de 2020

Inma

Tengo presente el amor
que un buen día me ofreciste;
yo sé cuánto me quisiste,
te escuchaba con temblor.
No se apagó ese calor,
pues por el contrario, crece:
cada día que amanece
y alzo los ojos al cielo
no encuentro mejor consuelo

que el amor que nos florece.

Félix

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martes, 17 de enero de 2012


LOS DOS AL PASO (Para Imma)
 





Como una luna
te has colgado en mi noche triste y oscura.

Como una noche
tus ojos, mis estrellas, guiñan amores.

 Como una estrella
                                      por cielos imposibles tú me paseas.

                                      Como una aurora
                                      de mis noches más negras huyes las sombras.

                                      Como una brisa
                                      oreas mis temores con tu sonrisa.

                                      Como una nube
                                      guardas lluvias fecundas, promesas dulces.

                                       Como un ocaso
                                       vamos cerrando el día los dos al paso.

miércoles, 11 de enero de 2012

AQUEL INSTANTE


(El que fue sólo nuestro y aquí sigue, a Imma)

Instantánea de instante,
colgada en imperdible,
que bambolea el viento y la memoria.

Tú y yo en el blanco y negro retratados,
entre los amarillos guardaespaldas
del tiempo, tiempo, tiempo.

Nítido aquel instante que fue nítido
en  reverberación de la piel nuestra,
de agua y de sal, de tiempo, sol y espacio.

Solos de plenitud, pausa redonda.
En la almendra del mundo, tú y yo solos,
transubstanciando todas las ofrendas.

Hieráticos los dos en lo sagrado,
desnudos del rumor de las ausencias,
plenos en el instante eternizado.

Solos sobre la arena.
Nuestros cuerpos enteros, y nosotros,
para nosotros sólos.

Rebosan los manjares de las fuentes.
En las copas finísimas
burbujean los vinos generosos.
La arritmia por los pulsos del deseo
acelera los tiempos.
¿Por dónde empezaremos los placeres?

Es la primera vez. Sobre la arena
cristaliza el entorno su silencio
y hasta el último pájaro en su cénit
paraliza las alas.

Vuelve a crearse el mundo.
Y en los amaneceres luminosos
se entierran las semillas
de todas las especies.

Quedó impreso el instante en la instantánea
que bambolea el viento y la memoria.