sábado, 4 de febrero de 2012

Te dejo ir







Te dejo ir con mis penas enredadas en el aire.
Volarán los ángeles a la tumba fría,
y yo te rodearé con tierra santa,
entonces se sentirá el trinar de las aves
cantando una canción
que te llevará al cielo donde esperan por ti.

La lluvia mojará tus penas colgadas en el tiempo,
tu mirada llenará los prados de tristeza
porque aún se escucha tu llanto
en las noches más frías
y se confunde tu cantar
con el eco de las caracolas dormidas.

Te cubriré con flores
que vienen de la luna, blanca como tu alma,
entre los jazmines
sentiremos un murmullo de mariposas,
tus manos se elevarán al cielo
donde tus ojos se cubrirán de rosas.
Aun siento de tu boca el aroma
en el aire que roza la aurora.

Te sepulté con amargura,
con suma tristeza y con dolor,
te sepulté con ira y con plegarias
y para no gritar tapé mi boca.

Con mis ojos cerrados lloré tu partida,
mientras en el corazón se congelaba la amargura
levanté las manos hacia el sol para pedir por ti
y me quedé muda sin decir palabras
cuando de rosas rodeamos tu cuerpo.

Contigo fue mi alma
contigo va mi dulce amor,
aún veo tus angelicales ojos de mirada triste,
cansados del recorrido junto al viento,
tus lágrimas flrecen
en un río de aguas amansadas.

Aún siento tu risa, tu lento caminar,
tus manos que acarician los lirios...
Todos los luceros de las noches
se posan en tu cuerpo.
¡Eres hermoso y, como el vino,
embriagador!

Eres dulce como la uva madura,
las amapolas besan
tu boca hecha de miel,
rocas fornidas duermen en tus brazos
como duerme tu amor en el silencio.

Te dejo ir con mis miedos,
con mi esperanza de ver las estrellas.
Nunca me abrazará el olvido,
sólo acunaré los recuerdos,
que están tejidos con los hilos del amor.

Te dejo ir, con el alma calmada
cerré tus ojos, y ahora,
redeado de espigas maduras
entre melocotones de verano,
te dejo ir y te sigo besando
con la esperanza de volver a ti.

Maggie Carmona (Iorana)


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