martes, 4 de febrero de 2014

PAZ


Que mis ojos miren 
hacia el infinito azul 
del corazón humano. 
Que mis oídos oigan 
el plácido murmullo 
de amaneceres blancos 
en las almas bañadas 
por melodías bellas. 
Que mi piel se refugie 
en caricias, dejándose mimar 

por dulces manos. 
Que mis lágrimas lleguen 
a calar en las tierras 
ajadas con durezas. 
Que mi cuerpo palpite 
entero de ternura, 
para calmar la fría angustia 
de otros cuerpos. 
Que los dedos de la paz 
bendigan las sienes y las mentes 
de todos los hombres buenos.

































Víctor del Río

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