miércoles, 12 de febrero de 2014

A Beethzart


Entre adagios y romances
su pluma se desliza
mientras su orquesta imaginaria
ejecuta la balada que fascina.
Tiene el don melodioso
de la palabra fina
mezcla acordes y eufonías
con singular maestría.
Al ritmo de sus cantares 

las musas se desvelan
con sus himnos silenciosos
saraos hay en el Parnaso.
Entre clásicos de Beethoven
y el prodigio de Mozart
va rimando con consonantes
silabando los placeres.
A la sombra de sus letras
la doncella enamorada
ya deshoja margaritas
que la suerte favorece
con el pétalo del sí.
Cada compás es afinado
entre rimas y sonatas
canta el mirlo abanicando
sus plumas azabaches
bajo el fresco mandarino.
Un ritardo cadencioso
acaricia las estrellas
la luna sueña ilusionada
arrullada por sus versos.
Todo el día se ilumina
con sus alegres melodías
en la claridad del cielo
la nube airosa se pasea.
Un vals danza la dama
con desplazamientos cadencioso
en allegretto movimiento
recuerda su primer amor.
Orfeo le legó su lira
en el nostálgico otoño
le ha cantado al cancerbero
sus canciones de protesta.
Maestro bien amado
de las letras sembrador
es fecunda tu cosecha
y la siega sin igual
tus alforjas has colmado
con la flor de la humildad.
La abejas revolotean
inoculando los enjambres
así esparcen las semillas
de un amigo sin igual.
Con las alas desplumadas
ha llegado a tu ventana
alondra la avecilla
que acompaña a los juglares
a los bajos y tenores
con su voz de soprano
te ha compuesto un madrigal
usando blancas, negras y corcheas
para decirte… ¡gran amigo!
Para ti… esta vez
son mis cantares.

Alondra

……….

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