A un poet-astro

(De cuyo nombre no quiero acordarme)

Tu laberinto

me marea, muchacho,

me desorienta.

Juegas a marearme

y lo consigues, tío.

 

Ultramoderno,

poeta de alas largas

como el vencejo.

Si te posas en tierra

ya no remontarás.

 

Vuelas tan alto

que en el aire te duermes.

No me hagas caso,

me gusta cómo hepatas

escupiendo palabras.

 

Crestadegallo,

cohete que hace ¡pum!,

narciso loco,

Ícaro impenitente

que busca al astro rey,

 

mientras te admiro

yo prefiero la rosa,

y la luciérnaga,

la luna, el mar, el pájaro

y cantar al amor.

Félix

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