viernes, 29 de julio de 2022

Carta a un viejo fantasmón

 

Querido:

Te agarras a los amoríos

como zarcillos de parra a casa solariega.

Aunque tú lo llames torrente,

es sólo un hilillo lo que baja por tu cauce.

Te atreves a vender la pimienta en un mercado persa,

 y eres capaz de arrimar el ascua

a la sardina que está nadando en alta mar.

No, anciano en años.

No presumas de lo que no tienes,

porque señalas lo que más te falta

(ya lo dijo el sabio proverbio).

Vas de farol encendido

y eres candil con torcida aceitosa

que alumbra poco y se quema pronto.

Aunque seas como joven de mente

no dejas de ser viejo de carro

con ruedas que suenan más que ruedan.

Amoríos de verde fantasma

más que de viejo verde.

¡Ojo! Viejo ochentón de mi alma.

Víctor del Río

Imagen:https://www.blogger.com/

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