Pesadilla
No es paño de lino tostado,
ni es pera de agua sazonada.
Tiene brillos de lienzo morado
como Sábana Santa.
No luce la estrella, endurecida
como vena esclerótica en la carne.
Y la perla robada de la concha
se desintegra en polvo por los mares.
El niño no estrena su sollozo
asomado a la luz después de nieblas,
y el azote que escribió aturdido
no le hizo despertar en nuevo vientre.
Rumorea vagando el silbido
que la nota de cobre al sol lanzara;
sofocado de fuego brinca pálido
para quemarse en los brazos del silencio.
No hay escarcha en la piel de la hoja
que espera maquillarse de frescura,
pues la noche cayó sin trozos de ternura.
Se revienta el hocico de la presa
sin escupir borbotones de sus fauces
esfumada la última gota
que al río alimentara.
Se han fijado los odios
en un paseo largo, interminable,
donde no hay bancos para sentar palabras
ni flores para adornar miradas.
Dedos de roca me despiertan,
el martilleo abre mis pupilas;
descienden los sótanos airados de mi pecho
hasta las cavernas más profundas.
Víctor del Río
Imagen:https://www.blogger.com/
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