Con suspiros de pura inocencia
en prendas de una noche alunada,
las leves olas desprenden al lecho,
una música que en secreto clama.
Entre vientos convencidos a pleno,
de un cielo en evidente espera,
manifiestan precisos los sueños,
cual vertientes de un aguacero.
El cuerpo desperezo a lo lejos,
mis alas despuntan a la gloria,
de los tiempos seré el custodio.
inmaculada traeré misericordia.
En nubarrones sin claros de luna.
a este vientre me entregaré en lluvia
y en aguaviento concedo de golpe,
desvanecido me acuna el océano.
María Inés Arias
Imagen:https://www.google.com/
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