Ofertorio
Ya mi vida
está hecha
y en tus manos
pongo entera;
si hubo buena
sementera,
¿Porqué es
pobre la cosecha?
No es, Señor,
tu puerta estrecha
para el alma
que es sincera,
cuando acaba
su carrera
y llega hasta
Ti maltrecha.
Avienta, Señor
la paja,
que se pierde
con el viento
y en tu troje
guarda el trigo.
Ya mi alma se
relaja,
en tu casa
espera asiento
y vivir
siempre contigo.
Arturo Y. A.
Imagen: https://www.google.es
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