Así, sin tilde,
porque ella reivindica el derecho de escribirlo así, porque ella la siente así,
y porque su melancolía es suya, personalizada, propia y singular.
Espontánea,
sensible, corajuda, vitalista,
respetuosa, prudente y con un envidiable sentido del humor. Su sentido del
humor es lo que más aprecio de ella, inmediatamente después de su sentido de la
amistad y de su personal manera de escribir. En su adn lleva el espíritu
poético de las cosas bellas de la vida, así como la profundidad de las
adversidades y sabe transmitirlas con fuerza y con belleza.
Ella es
mexicana, vive en EEUU, tiene una familia grande a la que adora y su debilidad
son Luci y Ninah Ivette, dos nietecitas preciosas de las que recibe mucha vida
en forma de cariño.
Con gran
satisfacción iré trayendo escritos de Melancolía, esta mujer de la que me
siento orgulloso de ser amigo y a quien me gusta llamar Mari, aunque su nombre
oficial sea Marie.
Cualquiera de
sus poemas podría haber traído aquí como primero, todos son bellos. Me ha
parecido que éste, puede servir perfectamente como presentación de mi amiga
poeta:
La niña de mirada triste
y en cada paso el viento indiferente
le soplaba golpeándole la frente
incrementando dudas, y enojos.
Muchas noches de lúgubres sonidos
espantaban su alma acongojada
y en un grito callado ella dejaba
involuntariamente sus quejidos.
Ciertas noches de luna, en la ventana
asomaba observando las estrellas
pensando acaso, si en alguna de ellas
se escondía la dicha de mañana.
La dulce niña de mirada triste
desconsolada y en silencio llora,
la indiferencia de a quien ella adora
mas a olvidar su sueño se resite.
Melancolia
No hay comentarios:
Publicar un comentario